Solemnidad de la Santísima e indivisa Trinidad, en la que confesamos y veneramos al único Dios en la Trinidad de personas, y la Trinidad de personas en la unidad de Dios (elog. del Martirologio Romano).
Celebramos el nacimiento de la Iglesia, el nuevo Pueblo de Dios, el pueblo de la Alianza nueva y eterna, no escrita en tablas de piedra, sino en nuestros corazones por el Espíritu que hemos recibido. Un pueblo del que están llamados a formar parte gentes de todo pueblo, raza y nación, bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo (2 lect.). Un pueblo diverso pero con un lenguaje común, el del Espíritu Santo, el amor de Dios derramado en nosotros (1 lect.). Un Espíritu que procede del Padre y del Hijo y que fue dado por Cristo a los apóstoles para que perdonaran los pecados (Ev.).
Fuente CLP
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