Jesús Culebras

7 de octubre de 1933/ 9 de enero de 2009

En el mes de enero recordamos, una vez más, a Jesús Culebras Díaz en su aniversario de muerte.

Debido a dolencias cardíacas, estaba pendiente de fecha para una operación quirúrgica con plenas garantías, pero imprevistos que iban surgiendo la fueron aplazando y en plena Navidad tuvo que ser ingresado por otros problemas de salud, que fueron complicando y agravando su estado, lo que nos llevó al desenlace no deseado ¡no tuvo suerte!: el día 9 de enero de 2009 partía de este mundo al padre a la edad de 75 años.

Desempeñaba el cargo de la vicepresidencia de la economía, servicio que prestó con toda honradez, conocimiento, lealtad disponibilidad, constancia, fidelidad… y que todos hemos de reconocer y agradecer, sobre todo, porque afrontó los años de la construcción del templo con el volumen de obra a realizar que supuso trámites, facturas, certificaciones de obra, préstamos. La Parroquia y yo de modo personal, siempre estaremos agradecidos por su buena gestión y que a todos nos supuso un alivio y un descanso en el área económica.

Los amigos, los parroquianos, los vecinos….todos sentimos su vacío y por supuesto de modo más directo la familia y de modo especial su esposa Angelita, sus hijas Mª Jesús y Angelita y sus yernos Quique y Moisés, como sus nietos Quique y Moisés (no llegó a conocer a Ángel).

Notamos la ausencia de aquel Jesús elegante, amable, cortés, educado, que aunque de apariencia distante, era un hombre cercano y de buen humor.

Aunque se nos diga que no somos y que el cementerio está lleno de ellos, sin embargo, nos damos cuenta de que todos somos necesarios y que aportamos nuestro “granito de arena” y que “el cielo podría esperar”.

Damos gracias por todo lo que aportó a esta parroquia como fiel colaborador y le pedimos a Dios,¨que ya que El lo tiene para atender sus cuentas, nos conceda personas, cada cual con su estilo, que adornados de esas cualidades quieran trabajar en la viña de Señor en esta área tan áspera e ingrata de la Economía Parroquial y a él le conceda cuadrar todas las cuentas pendientes, es decir, que purificado de sus pecados, “pueda ver a Dios tal cual es” y gozar de la eterna felicidad.

Con nuestra gratitud y respeto por toda su labor de entrega a su familia, a sus amigos, a la Parroquia, pedimos que descanse en paz: Dale Señor el descanso eterno y brille sobre él la luz eterna.

También aprovecho la oportunidad de expresar mi reconocimiento por todas las personas que han desempeñado la gestión económica y mi gratitud a sus familias, como mi confianza en quien ahora lo hace, Vicente Cristiano, que asumió esta responsabilidad de modo provisional a la espera de quién asuma de modo más definitivo esta labor.

La fe en Jesucristo es el mejor consuelo, porque sabemos por la fe, que está siempre muy cercano a cualquier situación humana. En El y por El, sabemos que, más allá de todo dolor y de toda suerte, hay una paz y una vida en plenitud.

Esta paz y esta vida que nosotros deseamos y pedimos, llenos de esperanza, para Jesús Culebras, para nuestros seres queridos y para todos los feligreses de nuestra parroquia que ya han partido de este mundo al Padre.

Salvador Soler Chico

Párroco de Cristo Rey-Murcia