EL RITUAL
LOS PADRINOS
Criterios de elección de los
padrinos
¿QUE PUEDEN HACER LOS
PADRINOS?
El bautismo es un sacramento: un signo visible
–el
agua y las palabras del celebrante-
que
es signo a la vez de otra realidad invisible pero real: el amor y
la
salvación de Dios.
El bautismo es el primer sacramento. Por él se nos
abren
las puertas de la vida cristiana y entramos a
formar
parte de la Iglesia, la comunidad de los seguidores
de
Jesucristo.
El bautismo nos hace hijos de Dios. Por el bautismo
nacemos
a una vida nueva, y vivimos el gozo
de
tener a Dios por Padre.
El bautismo nos une a Jesucristo, nos hace hermanos
suyos,
nos hace participar de su misterio
pascual:
morimos con Él, somos sepultados con
Él y
resucitamos con Él. Con Él pasamos de la
muerte
del pecado a su vida sin fin.
El bautismo nos da el Espíritu Santo, que es la luz
que
nos ilumina, la gracia que nos renueva, la fuerza
que
nos empuja a vivir el Evangelio y a amar a
todos
los hombres.
El inicio de la celebración
Al
empezar la celebración, el celebrante se dirige a los
padres
del niño que ha de ser bautizado y les pregunta si
están
dispuestos a educar a sus hijos en la fe
Después,
el celebrante se dirige a los padrinos y les pregunta:
"Y
vosotros, padrinos, ¿estáis dispuestos a ayudar
a sus
padres en esa tarea?".
Los
padrinos responden:
"Sí,
estamos dispuestos".
Entonces,
el celebrante, lo? padres y los padrinos hacen
la
señal de la cruz en la frente del niño como signo de
acogida
en la comunidad de los cristianos.
El bautismo
Cuando
llega el momento de recibir el bautismo (que es
el
momento central de la celebración), el niño es sostenido
por
su madre o su padre, porque son ellos los principales
responsables
de la vida cristiana de su hijo. Los
padrinos
les acompañan, al lado, como colaboradores de
los
padres.
El cirio de bautismo
El
cirio no se enciende hasta después que el niño ha sido
bautizado.
Cuando el celebrante lo indique, el padrino o
la
madrina lo enciende en la llama del cirio pascual. Una
vez
encendido, el celebrante dice:
"A
vosotros, padres y padrinos, se os confía acrecentar
esta
luz. Que vuestro hijo, iluminado por Cristo,
camine
siempre como hijo de la luz. Y perseverando
en la
fe, pueda salir con todos los Santos al
encuentro
del Señor".
Un poco de historia
La
institución de los padrinos surgió en la Iglesia al
imponerse
la costumbre de bautizar a los niños. Era
necesario
que alguien, distinto de los padres, y que
representara
tanto a la familia del que tenía que ser
bautizado
como a la comunidad cristiana, se
responsabilizara
del crecimiento en la fe del niño bautizado.
Criterios de elección de los padrinos
Los
padres han de tomar en serio la elección de
buenos
padrinos para sus hijos, a fin de que los
padrinos
no se conviertan en una institución de puro
trámite
y formalismo.
Para
esa elección no deben dejarse guiar únicamente
por
razones de parentesco, amistad o prestigio
social,
sino por un deseo sincero de asegurar
a sus
hijos unos padrinos que sean capaces de
influir,
en su día, eficazmente en educación cristiana.
El número de padrinos
Cada
niño puede tener un solo padrino (hombre o mujer)
o dos
(hombre y mujer).
¿QUE PUEDEN HACER LOS PADRINOS?
Los
padrinos, según las tradiciones de cada lugar, cuidan
y
obsequian a su ahijado de muy diversas maneras.
Pero,
el compromiso que los padrinos han adquirido en
el bautismo, ¿cómo lo pueden llevar a la práctica? Porque
si el
día del bautizo manifestaron públicamente. Que
estaban
dispuestos a colaborar para que aquel niño crezca
como
cristiano, ¡deberán lomárselo en serio!
¿Qué
pueden hacer, pues, los padrinos para ayudar en
el
crecimiento cristiano de sus ahijados?
En primer lugar, dar ejemplo y vivir ellos
mismos como
cristianos.
Mostrar que aman a los demás, que no
son
cerrados ni egoístas; y mostrar que creen en
Jesús,
que participan de la vida cristiana.
En
segundo lugar, rezar alguna vez con su ahijado,
recordarle
el valor de ser cristiano, acompañarlo en
alguna
ocasión a alguna actividad cristiana (con los
padres,
si es posible).
En
tercer lugar, hacerle algún regalo que haga referencia
a la
fe (alguna imagen o poster, algún libro) y
otras
más cosas que se les puedan ocurrir.